El doctor Germán Velásquez desembarcó en la OMS en el año 1989, su experiencia como economista le llevó a crear la Unidad de Economía de la Salud y Financiación de los Medicamentos de la Organización Mundial de la Salud. Desde entonces llegó a ser Director del Secretariado de la OMS para la Salud Pública, la Innovación y la Propiedad Intelectual. Su paso por esta agencia de la ONU no fue efímero, estuvo más de 20 años y durante ese tiempo se hizo notar, entre otras cosas porque Germán Velásquez impulsó una incansable batalla por el acceso pleno a los medicamentos a nivel mundial.
Esa lucha fue la que le llevó a realizar una investigación sobre el impacto de la Globalización en el acceso a los medicamentos, un estudio que se conoce como el ‘Libro Rojo de la OMS’. Ese trabajo «enfureció a la industria farmacéutica y también a algunos países, como Estados Unidos», explica a la SER German Velásquez. De hecho, la ONU tuvo que protegerle tras sufrir varias agresiones y amenazas de muerte. Todavía hoy no quiere hablar del asunto, ni de quién estuvo detrás, aunque no tiene ninguna duda de que a determinados sectores les incomodaba la filosofía de aquel documento, que desmontaba la utilidad de las patentes de los medicamentos y el daño que provocaban en el acceso a los medicamentos esenciales.
Usted ha sido entre otras cosas, nada menos que el director del Programa Mundial de Medicamentos de la OMS, ahora, desde fuera, ¿cómo definiría el rol que está jugando la OMS en la defensa de la salud mundial?
«Ha sido la Agencia de referencia durante casi 70 años, la OMS ha jugado un papel muy importante en la definición de políticas mundiales, hasta muy recientemente. Pero la OMS, desafortunadamente, está en un proceso acelerado de privatización. Está entrando en una situación de conflictos, está dejando de tener el rol que jugó siempre, y para el cual fue fundada, el árbitro mundial de la salud pública»
¿Qué entiende por proceso de privatización, con qué intereses y con qué objetivos?
“El problema de las donaciones voluntarias es que el donante decide para qué va [su dinero], de manera que se escapa de las deliberaciones y de la formulación de prioridades que fijan todos los países a nivel mundial. Para que lo entendamos, más del 80% del presupuesto de la OMS son contribuciones privadas o públicas, pero voluntarias, que se concentran en los diferentes países, en la Fundación Bill Gates y en la industria farmacéutica”
Según los propios datos de financiación de la OMS, esta organización ha recibido 90 millones de dólares en donaciones de las grandes farmacéuticas, ¿estas donaciones condicionan la independencia de la OMS a la hora de tomar decisiones?
«Absolutamente. Un ejemplo, el 90% del Programa de Medicamentos (que dirigó Germán Velásquez) ahora está financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates, están dando el dinero solo para los asuntos que le interesa a Bill Gates, de tal manera, que el programa solo se centra en los proyectos para los que tiene dinero, el resto se queda sobre el papel. Por ejemplo, ya no se trabaja nada sobre el programa de uso racional de los medicamentos”
Hay quienes piensan que el problema de estas contribuciones millonarias de la industria farmacéutica es que la OMS puede adoptar decisiones de salud pública que pueden acabar beneficiando a estas mismas compañías, ¿esto es una especulación? o ¿es una teoría cierta?
«Es una teoría que es totalmente cierta, ha sucedido, y está sucediendo. Cuando un donante da dinero, por ejemplo, la industria farmacéutica, estos representantes solicitan estar presente en los comités de expertos de los diferentes programas [de la OMS]. Hay un conflicto de intereses grave. Sucedió con la epidemia H1N1, los posibles fabricantes de vacunas y de medicamentos, como el Tamiflú, estaban sentados en el comité que estaba decidiendo si se lanzaba una epidemia o no, evidentemente, [las farmacéuticas] empujaron a que se lanzara la epidemia y se diera una alarma global porque iban a tener un mercado impresionante”.