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Joseph Stiglitz: «No podemos confiar en el sector financiero, si no lo regulamos, engañarán, se aprovecharán de la gente»

Joseph Stiglitz (Gary, Indiana, 1943) abandonó su carrera en física para dedicarse a la economía. Su tesis ya trataba sobre la desigualdad y, tras toda una carrera dedicada a la economía (un Nobel incluido en 2001), la brecha entre pobres y ricos todavía no parece ofrecerle tregua. Fue consejero de Bill Clinton durante su presidencia y economista jefe del Banco Mundial hasta el año 2000. Tras años predicando contra los excesos del Fondo Monetario Internacional y la desregularización del sector financiero, como una Casandra de la ciencia económica en un mundo dominado por las tesis neoliberales, la crisis financiera le dio buena parte de razón. Desde su despacho en la Universidad de Columbia, recibe a eldiario.es para hablar de los nuevos movimientos de oposición a la globalización, la regularización de Silicon Valley, el futuro del euro, la irrupción de Trump, la lucha contra el cambio climático y un sector financiero al que, según advierte, debemos seguir vigilando de cerca.

Hace 15 años escribió ‘El malestar de la globalización ’. Hoy estamos presenciando nuevas olas de descontento: desde el Brexit hasta la victoria de Donald Trump pasando por el auge de los populismos nacionalistas en Europa. ¿Se ha convertido el statu quo económico en una fuente de resultados políticos inesperados cada vez más frecuentes?
La razón por la que los problemas del malestar con la globalización se han extendido del Sur hacia al Norte es que los acuerdos comerciales se realizaron realmente en función de los intereses corporativos, así que acabas teniendo perdedores tanto en el Norte como en el Sur. ¿Y quiénes fueron los ganadores? Las corporaciones. Ganaron porque bajaron los sueldos en el Norte y consiguieron sueldos más baratos en el Sur. Lograron todas la ganancias y, al debilitar el poder negociador de los trabajadores, les robaron dinero, ya sea en el Norte o en el Sur.

¿Cómo espera que sus críticas a la globalización evolucionen en el futuro? ¿Cuáles serán las nuevas fuentes del malestar?

Ya está incluso afectando a algunas corporaciones, porque algunas ganan y otras pierden. Pero en este caso tengo menos simpatía. Mi nuevo libro, que va a salir ahora, se llama ‘El malestar de la globalización revisitado, con el subtítulo: Antiglobalización en la era de Trump’, se centra en cómo estamos viendo los viejos descontentos en los países en desarrollo más los nuevos descontentos en los países desarrollados.

¿Me puede adelantar algo?

Básicamente, el rompecabezas es: ¿cómo es posible que la globalización sea mala para los países en vías de desarrollo y mala también para los países desarrollados? Y la respuesta es: porque la definieron las corporaciones para ellas mismas. Trump dice que los acuerdos comerciales como Nafta son los peores de todos los tiempos y que desfavorecen a Estados Unidos. ¿Cómo pueden perjudicar a Estados Unidos y también a los países en vías de desarrollo? Y: ¿Es posible que perjudiquen a Estados Unidos cuando fue Estados Unidos quien los dictó? Mi respuesta es no, no es posible. Conseguimos lo que queríamos, pero era lo que las corporaciones querían, no lo que los trabajadores estadounidenses querían. Y Trump no lo arreglará porque representa a la plutocracia, a las corporaciones ricas. No está interesado en los trabajadores excepto para obtener votos. Si estuviera interesado en su bienestar, no habría propuesto un programa de seguro de salud que dejaría a 20 millones de personas sin seguro médico. No estaría proponiendo una reforma tributaria que daría todo el dinero a los más ricos. No está interesado en los trabajadores, excepto en la medida en que puede persuadirlos para que voten por él y darle más dinero.

Los movimientos de oposición son de naturaleza ideológica muy diversa, pero algunas voces los consideran el mismo tipo de respuesta contra las élites. ¿Es correcto equiparar a Podemos con Trump?

Son totalmente diferentes. El problema es que Trump está explotando este malestar. Y creo que Podemos tiene un entendimiento bastante sofisticado de por qué las cosas han salido mal y un compromiso para tratar de mejorarlas, a diferencia de lo que a menudo se llama el populismo de derechas, que utiliza el descontento para crear regímenes autoritarios o para enriquecerse. Está muy claro que Trump realmente no está preocupado por los estadounidenses comunes. Lo que ha hecho bien es persuadirlos de que se preocupa por ellos, de una forma deshonesta. Pero fue a esos lugares tan pobres, Kentucky y demás, a los que Hillary ni siquiera fue, y dijo: ‘Me preocupo por vosotros’. Pero era todo una farsa, porque ahora va y dice: ‘Voy a quitaros el seguro sanitario y voy a hacer que estéis peor’. Así que la pregunta ahora es: ¿se despertarán los estadounidenses o responderán al mensaje emocional, incluso cuando [Trump] les está robando? Y muchos demócratas están empezando a preocuparse porque, por malo que sea para esta gente, lo quieren (risas). Puede mentir, y no les molesta. ¿Qué hará falta para que sus partidarios se convenzan de que se han enamorado de alguien que no es la persona que creen que es?

Ha criticado que los acuerdos comerciales internacionales se firmen con estándares democráticos tan bajos y con tan poca transparencia. ¿Cuál sería una mejor manera de articularlos en el futuro?

Una mejor manera de llegar a acuerdos es obviamente que haya una mayor participación en la toma de decisiones: que trabajadores, ecologistas y otras personas con intereses en la sociedad participen en la negociación, en fijar los términos de referencia. Las disputas inversionista-Estado [cláusulas que permiten a compañías privadas pedir compensaciones si un país regula en contra de sus intereses] ilustran esto. Hay que tener principios claros y decir: ‘mira, no tienes derecho a demandar por una regulación, eso depende del país. Solo puedes demandar por discriminación’.

¿Cómo podemos asegurar un futuro en el que los intereses económicos privados no pongan en compromiso la democracia?

Creo que la plena liberalización del mercado de capitales es particularmente peligrosa, especialmente para los países en vías de desarrollo, porque el capital entrando y saliendo a corto plazo es lo que más compromete a la democracia. En el caso de un país como Brasil, cuando a Wall Street no le gusta un candidato sacan su dinero, el tipo de cambio baja, la gente entra en pánico… puede tener un efecto muy grande en el papel de los mercados financieros en la política. Para mí eso es al menos una pieza importante. En Estados Unidos el principal tema son las contribuciones a las campañas. El dinero está influyendo muy directamente en nuestra política.

¿Cuánto puede crecer la brecha entre los pobres y los ricos sin que haya conflictos sociales?

Tenemos la sensación de que cuando hay más desigualdad, puede haber más conflicto, pero también sabemos que las cosas son más complicadas. Hay personas que dicen que, de hecho, el conflicto no se produce cuando las cosas están mal de verdad, sino cuando están mejorando, pero no mejoran lo suficientemente deprisa; cuando se le da a la gente la sensación de que las cosas podrían ir mejor, sus aspiraciones cambian, pero se decepcionan. Eso puede dar lugar a problemas. Muchos de estos estudios se hicieron en el pasado y hoy es muy diferente. La gente puede ver lo que está pasando en el resto del mundo mucho más fácilmente y su sentido de lo que es posible es diferente. Ahora todo el mundo ve y se pregunta: ‘¿por qué están viviendo mejor que yo?’

El mensaje que estamos recibiendo en Europa o en España es que la economía se ha recuperado, aunque las mejoras pueden ser imperceptibles en el día a día de las personas normales. ¿Cómo podrá defenderse la ciudadanía de un gobierno que le dice que está bien cuando en realidad no lo está?

Creo que es muy peligroso que los políticos digan cosas que son inconsistentes con la percepción de la gente, porque eso conduce a la desconfianza en el gobierno y en las élites. Obama dijo que nos habíamos recuperado en 2009, en 2010, en 2011, cuando el 91% de todas las ganancias fueron al 1% [más rico] y el 99% no se recuperó. El efecto que eso tuvo fue un aumento de la desconfianza en el gobierno. Y contribuyó, creo yo, al triunfo de Trump. Dio la sensación de que el gobierno estaba mintiendo, porque la gente sabía que no estaba mejor y aún así se estaba diciendo que la recesión había terminado. Es extraordinariamente peligroso que los líderes políticos tergiversen lo que está sucediendo en las vidas de individuos ordinarios. En el caso de lo que está sucediendo en España y en Europa la pregunta es: ¿Estás en el punto en el que estabas? Y la respuesta es no. Cuando el desempleo de los jóvenes es del 40%, claramente hay grandes grupos de la población que no lo están pasando bien. Cuando la gente está peor de lo que estaba hace diez años, decirle que están recuperados es un disparate.

La tecnología, la robotización, biotecnología… todos estos campos contienen una promesa de desarrollo económico y progreso democrático. ¿Cómo se distribuirá esta nueva riqueza en el futuro?

Siempre existe este tema de cómo distribuir los beneficios de la globalización, de los avances tecnológicos. El principio general dice que, si la sociedad es más rica, todo el mundo podría estar mejor. Pero depende de la naturaleza del cambio tecnológico. Si es lo que llamamos innovación de ahorro de trabajo, entonces se reduce la demanda de mano de obra y los trabajadores pueden estar peor. Creo que es imperativo en este contexto que tengamos políticas gubernamentales activas involucradas en la redistribución y que nos aseguremos de que, a medida que nos hacemos más ricos, los beneficios se comparten, al menos en parte, entre todos los grupos de la sociedad.

Mientras hablamos, hay industrias que se están transformando de forma irreversible en Silicon Valley. ¿Estamos prestando suficiente atención a este nuevo centro de poder?

Mucho de lo que está pasando tiene que ver con cambios en industria de la publicidad o en una nueva industria de redes sociales. ¿Es tan importante? Es interesante, pero eso no es tan fundamental como otros aspectos de cómo vivimos. Hay que tener cuidado de no comprarle el bombo publicitario a Silicon Valley. Han exagerado su disrupción. Han transformado los taxis, pero parte de lo que están haciendo es arbitraje regulatorio [práctica mediante la cual las empresas capitalizan las lagunas legales para eludir regulación desfavorable]. Airbnb ha transformado el mercado de los hoteles, pero probablemente es porque evita pagar impuestos. Si lo regulamos adecuadamente, con impuestos, no creo que vaya a ser tan rompedor. Las ventajas de Airbnb serían más pequeñas una vez pagaran impuestos y estuvieran regulados. La gente probablemente preferiría ir a un hotel regular que a un Airbnb, aunque todavía sería una industria activa. Esas son dos industrias relativamente pequeñas hasta ahora. A largo plazo habrá grandes problemas con la inteligencia artificial y cómo la manejamos. Se trata de un problema mayor que se remonta a la cuestión de las innovaciones de ahorro de mano de obra, que reducen la demanda y, por lo tanto, bajan los salarios. Si nuestra economía es más rica, podemos imponer impuestos que hagan que estemos todos mejor. Estos son temas más políticos que económicos. La pregunta es: ¿cómo podemos asegurarnos de que los frutos de estos avances se compartan equitativamente?

En la lógica de Trump, la lucha contra el cambio climático es incompatible con un buen desempeño económico. ¿Cuál es el argumento económico para reducir las emisiones de carbono?

Trump no sabe nada de economía, siempre ha hecho dinero con prácticas comerciales turbias, es el prototipo de la búsqueda de renta, de una persona que gana dinero aprovechándose de otras. No es un creador de riqueza, es un destructor de riqueza. No tiene autoridad para hablar de nada. Abordar el cambio climático crearía una economía más fuerte. Por ejemplo, Trump habla de la industria del carbón, pero se están creando más trabajos en los paneles solares que en el carbón. De hecho, hay más instaladores de paneles solares que mineros de carbón. Trump vive en el pasado. No sé si no piensa muy profundamente, si mira las estadísticas, si realmente ha pensado en ello, pero realmente creo que podemos tener una economía más fuerte tratando más efectivamente con el cambio climático.

Los flujos de inmigración podrían ser la solución a las amenazas demográficas que enfrentan los países occidentales: tasas bajas de fecundidad, envejecimiento de la población, preferencias en el empleo. ¿Cómo podría esta narrativa ganar fuerza en el momento antiinmigrante de Trump en EEUU y el de los refugiados en la UE?

En Occidente y el Norte tenemos que ver como nuestra responsabilidad parte de la migración. Hemos sido el principal contribuyente al calentamiento global y el calentamiento global está contribuyendo a la desertificación en el Sahel y creando una gran cantidad de refugiados económicos que, combinado con nuestros subsidios al algodón, están deprimiendo el nivel de su vida y dañándolos. Hemos tenido un efecto muy negativo en muchas poblaciones, así que tenemos la responsabilidad moral de ayudarles a resolver el problema que contribuimos a crear. Desde la perspectiva estadounidense, somos una sociedad que fue creada por los inmigrantes. Me parece intolerable decir que los inmigrantes son un problema, estamos donde estamos por los inmigrantes. La retórica anti-inmigrante es muy peculiar, porque Trump no estaría aquí si su familia no hubiera emigrado. Las únicas personas que tienen legitimidad para quejarse son los indios americanos a quienes los inmigrantes dañaron, y a quienes se les robó su tierra. Pero eso no es de lo que Trump está hablando.

¿Qué medidas cree que podrían ser lo suficientemente disuasivas para evitar que los bancos y el sector financiero vuelvan a causar el daño que ya hemos vivido?

Primero, debemos saber que no podemos confiar en ellos, que engañarán, que se aprovecharán de la gente. La idea de que pueden autorregularse es absurda, es un oxímoron. Tiene que haber regulaciones. Y tenemos que supervisarlos con mucho cuidado. Segundo, no es lo mismo responsabilizar a los individuos que a las corporaciones. Los bancos tuvieron que pagar decenas de miles de millones de dólares, pero los directores ejecutivos se marcharon con su dinero en efectivo. Y no son las corporaciones las que hacen las cosas, son los individuos. Nuestro nivel de rendición de cuentas se ha reducido. Tercero, [los CEOs] necesitan ser responsables financieramente. Si te portas mal, tus bonificaciones se recortan y tu salario debe ser provisional. Si te portas mal, pagas. Esto podría implicar más que responsabilidad financiera, prisión también. Son crímenes de cuello blanco: estaban robando dinero a otras personas de una forma u otra y no hemos hecho lo suficiente. Llegamos muy lejos en la eliminación de la responsabilidad individual y tenemos que traerla de vuelta.

El neoliberalismo o el «fundamentalismo del libre mercado», como usted le ha llamado, ha dominado las instituciones económicas internacionales desde hace décadas, pero ha fallado a los ciudadanos y ha costado a la sociedad mucho dolor. Como ideología económica, sin embargo, sigue siendo dominante. ¿Por qué y hasta cuándo?

Es una ideología que sirve a ciertos intereses que son muy influyentes. Tienes a personas de la comunidad financiera articulando una visión de la economía, tal y como la ven. Una parte de ella es ignorante, otra es interesada y otra está cegada por un problema de percepción: a ellos les va bien con el neoliberalismo y, por lo tanto, a todo el mundo le va bien. Creo que están empezando a entender que no es tan genial. Estoy esperanzado de que muchas personas del 1% están genuinamente preocupadas, están diciendo: ‘El sistema está roto, y tenemos que arreglarlo’. Mi verdadera preocupación es cómo la gente llega a entender qué no está funcionando bien. Está la historia de Trump, incipiente, una especie de populismo neoliberal: plutócratas tratando de aprovechar los fracasos para poder hacer aún más dinero. Cuentan una historia sobre los extranjeros, sobre haber sido robados… y ha engañado a un gran número de estadounidenses. Y lo mismo en Europa: Le Pen en Francia o muchas personas en España que creen que la austeridad ha funcionado y que la economía se está recuperando. Pero tengo que ser optimista: la democracia funcionará, la mayoría de la gente entenderá que este tipo de populismo trumpista no funciona, que la austeridad no está funcionando y tendrán una mente más abierta hacia políticas que puedan funcionar.

¿También en la Eurozona?

En el caso de Europa hay un aspecto que lo dificulta y es que las manos de los países europeos que son parte del euro están atadas por él. Y el resultado es que te encuentras a los partidos de centroizquierda proeuropeos defendiendo el euro. Pero domina Alemania y su austeridad. Esto ha debilitado al centroizquierda, que sería la fuente de crítica natural a este tipo de populismo neoliberal. Es un gran problema para Europa.

Usted ha defendido que la salida del euro podría tener sentido para algunos países, a modo de “divorcio amigable”.

Podrían irse, pero creo que sería mejor si consiguieran que Europa se reformara. Por ahora, Alemania ha demostrado una reticencia notable a hacer reformas, pero tal vez diga: ‘Si seguimos esta dirección, vamos a desmoronarnos, vamos a estancarnos, vamos a tener movimientos populistas trumpistas, es demasiado peligroso para el futuro’. Se trata de un juicio político sobre si Alemania podrá ser persuadida por el peligro real de la prolongación de su política.

¿Por qué estamos tan apegados al Euro?

Entiendo el caso de Grecia y también el de España. Son países que estaban en la periferia, que tuvieron gobiernos fascistas, así que quieren estar atados al proyecto europeo y han malinterpretado el euro: en vez de verlo como un medio para un fin, lo han visto como un fin en sí mismo. Yo diría: puede que sea necesario dejar el euro para salvar Europa. Han confundido estos trozos de papel con la identidad europea. Y no termino de entender por qué. (eldiario.es)

El Partido Humanista llama a ratificar el tratado de no proliferación de armas nucleares

Las armas nucleares son una de las mayores amenazas para el futuro de la humanidad. Las potencias nucleares poseen la capacidad de eliminar toda la vida en la Tierra, y continúan gastando enormes cantidades de dinero en la mejora de estas armas. Mientras existan armas nucleares, vivimos bajo el constante riesgo de que se usen, ya sea a propósito o por accidente. Esta amenaza nunca ha sido más clara que ahora, cuando apenas pasa un día sin noticias sobre amenazas de uso de estas armas.

Las Naciones Unidas aprobaron el texto de un Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares el 7 de julio de este año. El texto fue aprobado por el voto a favor de 122 Estados miembros. Este es el intento más ambicioso que se haya hecho para librar al mundo del flagelo que representan las armas nucleares.

El Tratado prohíbe una gama completa de actividades relacionadas con armas nucleares, tales como el compromiso de desarrollar, probar, producir, fabricar, adquirir, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos, así como el uso o la amenaza de uso.

El tratado se abrió a la firma de todos los Estados en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York el 20 de septiembre de 2017 y entra en vigor con la ratificación de 50 países.

El Partido Humanista Internacional hace un llamado para que todos los estados miembros de la ONU, que aún no han firmado y ratificado el tratado, para que lo hagan sin más demoras, y, por lo tanto, contribuyan a las aspiraciones comunes de un mundo sin armas nucleares. Este asunto nos concierne a todos, el futuro de la humanidad está en juego.

Además, el PHI manda felicitaciones a la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) por haberle sido otorgado el Premio Nobel de la Paz de 2017 por “su trabajo de llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias derivadas del uso de cualquier arma nuclear y por sus esfuerzos innovadores de alcanzar una prohibición de semejantes armas basada en un tratado.”

La concentración global de CO2 en la atmósfera batió su récord por segundo año consecutivo en 2016

La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre superó de nuevo su récord en 2016. Es el segundo año consecutivo que va más allá del punto de inflexión que supuso rebasar la marca de 400 partículas por millón (ppm) en 2015. Ese nivel empieza a quedar atrás al haber llegado a las 403,3, según los datos de la Organización Meteorológica Mundial.

«Las actividades humanas unidas al fenómeno de El Niño han llevado la concentración de CO2 un 145% por encima de la era preindustrial (1750)», asegura la organización en su Boletín Anual sobre Gases de Efecto Invernadero. Es el umbral más alto registrado en 800.000 años, prosigue la OMM, que asegura que «los abruptos cambios experimentados en la atmósfera en los último 70 años no tienen precedente».

Este rápido aumento del CO2 y otros gases está en la base del forzamiento radiativo (el efecto invernadero) que dirige al cambio climático y «graves disrupciones ecológicas y económicas», insisten los redactores del boletín. Ese forzamiento se ha incrementado un 40% desde 1990. El forzamiento implica que la radiación solar rebotada sobre la superficie de la Tierra no pueda abandonar la atmósfera debido a la barrera que supone la acumulación de gases. Esa radiación permanece, calentando la superficie terrestre con implicaciones en el clima.

El CO2 que ahora permanece en la atmósfera en niveles casi nunca vistos, es el gas de efecto invernadero más relevante desde el punto de vista de su origen: gran parte se debe las actividades humanas. «La última vez que hubo concentraciones de dióxido de carbono comparables fue hace 3-5 millones años con una temperatura entre 2 y 3 ºC más alta y un nivel del mar entre 10 y 20 metros superior», asegura la OMM.

«Los número no mienten. Todavía estamos emitiendo demasiado y necesitamos revertir la situación», ha dicho el director del programa de Medioambiente de la ONU, Erik Solheim, al conocer los datos.

Otros gases responsables

Además del CO2, el boletín también informa sobre otros gases de efecto invernadero con menos fama pero gran potencia. Así, el metano (CH4), tienen la responsabilidad del 17% del forzamiento radiativo. Solo el 40% de sus emisiones tienen origen natural. Las actividades humanas que más lo producen son la ganadería, el cultivo de arroz, la quema de biomasa y la extracción de combusitbles fósiles. La concentración de este gas está en la 1.853 ppm, también su pico registado.

Sobre el dióxido de nitrógeno (NO2), la OMM explica que proviene de «procesos industriales, uso de fertilizantes», entre otros. Además de su efecto invernadero, se le atribuye un papel importante en la destrucción de la capa de ozono estratosférica (la barrera natural contra las radiaciones ultravioletas).

Este análisis de situación de la ONU junto con el informe sobre emisiones deben ser la base científica sobre la que se tomen decisiones en la próxima cumbre sobre cambio climático (COP23) se que celebrará en la ciudad alemana de Bonn entre el 7 y el 17 de noviembre. «Sin un rápido recorte en las emisiones de gases de efecto invernadero estaremos dirigiéndonos a un peligroso incremento de la temperatura al final de este siglo. Por encima del objetivo establecido en el Acuerdo de París», ha rematado el secretario general de la OMM, Petteri Taalas. (eldiario.es)

La campaña para la Abolición de las Armas Nucleares, Premio Nobel de la Paz 2017

La campaña internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) ha sido galardonada con el premio Nobel de la Paz 2017, ha anunciado el Comité noruego en Oslo, que ha destacado su alerta sobre las «las catastróficas consecuencias humanitarias» de esos arsenales y sus esfuerzos para lograr un tratado que los prohíba. Esta coalición de asociaciones que se extiende por unos cien países ha sido una «fuerza motriz» y un «actor líder de la sociedad civil» del movimiento contra las armas nucleares y ha galvanizado esfuerzos para «estigmatizar, prohibir y eliminar» este tipo de armamento, apunta. El Comité subrayó, como «importante argumento» para la prohibición de las armas, el «inaceptable sufrimiento humano» que provocan y destacó que otros tipos de armamento menos destructivo como las minas antipersonas, bombas de racimo y las armas químicas y biológicas ya han sido prohibidas por distintos tratados.

El Nobel destacó que el 7 de julio de este año 122 países firmaron un tratado internacional contra la proliferación nuclear, pero lamentó que ni «los países que tienen armas nucleares ni sus aliados» lo han ratificado, aunque EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia y China han dado un primer paso en este sentido. Este premio, agregó el fallo, es «también un llamamiento» a estos países para que inicien «negociaciones serias» para la eliminación de las «15.000 armas nucleares que hay en todo el mundo».

La campaña sucede en el palmarés al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, distinguido el año pasado por sus «decididos esfuerzos» por llevar la paz a su país tras 52 años de conflicto armado, a pesar de que el triunfo del «no» a los acuerdos en el plebiscito parecía reducir sus opciones de llevarse el premio. De acuerdo con el testamento de Alfred Nobel, el fundador de los premios, pueden nominar candidatos catedráticos de universidad en Derecho, Historia y Ciencias Políticas; parlamentarios, antiguos laureados y miembros de cortes internacionales, entre otros. Según dejó escrito en su testamento, el Nobel de la Paz debe reconocer a quienes contribuyan «al hermanamiento de los pueblos y a la eliminación o reducción de armamento, así como formar o impulsar congresos de paz», aunque el Comité no siempre se ha ajustado del todo a los criterios del magnate sueco. La entrega de los premios tendrá lugar el 10 de diciembre, el aniversario de la muerte del fundador de los galardones, Alfred Nobel, en una doble ceremonia en el Ayuntamiento de Oslo, donde se entrega el de la Paz, y en el Konserthus de Estocolmo, para el resto de los galardones. Como cada uno de los restantes Nobel, el premio de la Paz está dotado con 9 millones de coronas suecas (943.784 euros, 1,1 millones de dólares). (20minutos.es)

Soluciones militares para crisis económicas

Los presidentes norteamericano y norcoreano, Donald Trump y Kim Jong-un, están protagonizando un intercambio de amenazas bélicas –disparando desde Twitter, la nueva moda de impedir matices y de imponer titulares- con un tono que claramente busca aumentar la tensión y reduce las posibilidades de diálogo. A pesar de que el ruido del enfrentamiento entre Washington y Pyongyang no parece interpretarse como un riesgo inmediato y evidente de conflicto bélico nuclear, la espiral de amenazas comienza a experimentarse con preocupación.

La Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Federica Mogherini, ha convocado a embajadores de los Gobiernos europeos el 14 de agosto a una reunión extraordinaria para discutir los “posibles siguientes pasos sobre la situación” de Corea del Norte. Y representantes de potencias como Alemania o Rusia han expresado su inquietud.

Desde el Partido Humanista reiteramos nuestra oposición a toda forma de violencia y alertamos sobre la urgencia de trabajar para promover el desarme a nivel internacional.

En este conflicto “puntual” que se ha agudizado en los últimos días, subyacen entre otros factores, intereses económicos. Por un lado, Corea acaba de recibir unas duras sanciones económicas por parte de la ONU debido a su carrera en armamento nuclear que quiere atenuar y, para ello, necesita provocar las negociaciones utilizando amenazas. Por otro, la situación económica de Estados Unidos no es precisamente alentadora y la imagen con la que Trump llegó a la Casa Blanca dista mucho de la realidad a la que se enfrenta en el interior de su país: por ello, necesita el negocio de la guerra.

Donald Trump viene apostando por esta dirección violenta desde hace tiempo. En mayo firmó un contrato por el que EEUU vendió 100.000 millones en armas a Arabia Saudí, la monarquía absolutista que desde 2011 ha intervenido militarmente o a través de servicios secretos en Siria, Bahrein, Yemen y Egipto para entregar armas y apoyo a grupos fundamentalistas, disparar a manifestantes, bombardear a civiles y apoyar golpes de Estado. Poco después, en la cumbre de la OTAN que se celebró en Bruselas, exigió más gasto militar, más armas, incluso más despliegues eventuales. Nadie pareció alarmarse y no tuvo especial resistencia. No hubo reacciones de advertencia en prensa, ni gestos de preocupación en las tertulias, ni críticas en las páginas de opinión de los principales diarios. Trump ya había advertido de la dirección que iban a tomar sus políticas cuando en febrero declaró que Estados Unidos tenía que “volver a ganar guerras”. Argumento que utilizó cuando pidió al Congreso de su país aumentar un 9% el dinero destinado a la carrera armamentística.

Con este aumento, Estados Unidos se consolida como el país con mayor gasto en armamento con más de 60.000 millones de euros anuales por delante de países como China, Rusia o Arabia Saudí. En la lista de los diez estados que más invierten en el negocio de la guerra se encuentran también Japón, India o Corea del Sur, todos ellos en el ámbito de influencia geopolítica del conflicto armado que hoy están alentando Trump y Kim-Jong un.

La guerra un gran negocio

El crecimiento de la industria bélica, del armamentismo y de la guerra se levanta como respuesta frente a una crisis económica provocada por la concentración del capital, los recursos y beneficios en pocas manos. Esta tendencia ya fue advertida hace años -1993- en el Documento Humanista: “Hoy no se trata de economías feudales, ni de industrias nacionales, ni siquiera de intereses de grupos regionales. Hoy se trata de que aquellos supervivientes históricos acomodan su parcela a los dictados del capital financiero internacional. Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De esta suerte, hasta el Estado nacional requiere para sobrevivir del crédito y el préstamo. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del Paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado”.

Ese Paraestado nacido a la luz de la concentración financiera, ha llevado a la crisis económica y social en todos los países –también los que se definen como desarrollados- y al aumento de la desigualdad. En esa situación, la industria bélica ingresa miles de millones y saca pecho en medio de un contexto geopolítico marcado por la inestabilidad y los nuevos conflictos armados. Un dato: la estadounidense Lockheed Martin, el mayor fabricante mundial de armamento, ingresa cada año más de 34.000 millones de euros, cifra superior al PIB de 97 países y cinco veces el presupuesto de Naciones Unidas para misiones de paz.

Las principales empresas fabricantes de armas de mundo han visto como sus acciones se disparaban al alza en las bolsas desde el aumento de la tensión en Oriente Medio y la posibilidad de una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte, haciendo que sus beneficios aumentaran en varios miles de millones de dólares. Todos los analistas económicos recomiendan mantener o comprar más acciones de las principales compañías armamentísticas, ya que sus predicciones indican que su valor continuará subiendo durante el próximo año. Mientras unos señores juegan a la bolsa para continuar multiplicando su dinero con la complicidad de los políticos, la vida de cientos de miles de personas en la península de Corea a ambos lados de la frontera está amenazada por la codicia de unos pocos que parecen no tener nunca suficiente. Y aunque pareciera que esta posibilidad de guerra pueda quedarse en una “serpiente de verano”, si los poderes militares y económicos siguen presionando para aumentar sus beneficios, la situación se les puede ir de las manos y explotar.

Hacia un mundo No-Violento

El episodio reciente que tiene como protagonistas a Trump y Kim Jong-un, no debiera entenderse solo desde su aspecto más anecdótico y digamos “estético”, sino como indicador de una dirección violenta que es estructural y que se expresa cada vez con más fuerza. Citando de nuevo el Documento Humanista advertimos que nos encontramos en una nueva etapa en la que el gran capital “comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. Frente a esta irracionalidad, no se levantan dialécticamente las voces de la razón sino los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismos”.

Los Humanistas aspiramos a una nación humana universal, en la que convergerá creativamente la enorme diversidad humana de etnias, lenguas y costumbres; de localidades, regiones y autonomías; de ideas y aspiraciones; de creencias, ateísmo y religiosidad. Dentro de nuestras propuestas reiteramos por su urgencia la tarea de alertar, generar conciencia en toda la humanidad y reclamar el desarme nuclear total, el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados, la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional, la firma de tratados de no agresión entre países y la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.

Frente a los violentos acontecimientos que parecen teñir el hoy y el mañana, el Partido Humanista exalta la capacidad constructiva del ser humano para abocarse a transformar las relaciones económicas, modificar las instituciones y luchar sin descanso para desarmar a todos los factores que están provocando una involución sin retorno.

Cinco datos que aclaran la situación real del paro

Más allá del paro y la ocupación, la Encuesta de Población Activa revela muchos otros datos que sirven para matizar la situación del mercado laboral. Por ejemplo, que hoy hay más personas con empleo que en 2011, pero con menos horas trabajadas. O que más de la mitad de parados lo son de larga duración: llevan más de un año buscando un trabajo.

Por primera vez, la tasa de paro alcanza los mismo niveles que al inicio de la crisis. En este segundo trimestre de 2017 se ha registrado la misma tasa de paro (17%) que en el mismo trimestre de 2009. ¿Estamos igual que al principio de la recesión? Hacemos una radiografía del mercado laboral español con los datos de la EPA, comparando la situación actual con la que teníamos ocho años atrás.

Horas trabajadas. Además del número de ocupados, personas con un empleo, hay otro dato que sirve para medir la intensidad de ese empleo: las horas efectivas trabajadas. Hoy hay 18.813.300 ocupados, unos 200.000 más que hace seis años, y, sin embargo, se trabajan menos horas. Si en el segundo trimestre de 2009 las horas efectivas trabajadas a la semana eran 654 millones, hoy son 613 millones. Es decir, más empleos pero con menos horas de trabajo.

Subempleo. Los ocupados subempleados son aquellos que trabajan menos horas de las que desean. Esa cifra fue creciendo durante la crisis y ahora, después de varios trimestres reduciéndose, arroja el resultado de 1.941.100 de personas subempleadas, un nivel similar al de finales de 2008. El fenómeno afecta más a las mujeres: si al comienzo de la crisis el número de mujeres y hombres subempleados era parejo, la brecha se ha ido ensanchando durante estos años. Ahora hay 784.300 hombres subempleados y 1.156.800 mujeres en la misma situación.

Paro de larga duración. Es uno de los problemas estructurales del paro en España: 2.135.600 personas llevan más de un año buscado un trabajo. De ellas, algo más de medio millón buscan empleo desde hace más de dos años. Es decir, más de la mitad de personas en paro son paradas de larga duración. La cifra no deja de crecer. En el segundo trimestre de 2009 este colectivo era aproximadamente de un millón de personas.

Asimismo, parece que la recuperación no ha afectado por igual a hombres y mujeres en esta situación de desempleo estructural. Los datos señalan que los hombres que llevan más de un año buscando empleo lo encuentran antes que las mujeres.

Temporalidad. El grueso de los nuevos ocupados tienen un contrato temporal. Aunque la mayoría de asalariados tienen un contrato indefinido, los datos muestran que una parte de ocupados sufren una alta rotación en el trabajo. Durante los primeros años la destrucción de empleo se concentró en los temporales, más baratos de despedir, y la tasa de temporalidad se redujo. Sin embargo, desde 2015 ha vuelto a crecer y ahora está en el  26,8%. A mediados de 2009, era del 29,3.

Pero, ¿tenemos el mismo empleo que hace ocho años? No. Ahora mismo tenemos medio millón de contratos más a jornada parcial que al inicio de la crisis. Los que más han caído son los contratos indefinidos a tiempo completo, que se han perdido más de 600.000 desde 2009.

Norte y sur. La brecha entre comunidades autónomas no es nueva, pero lejos de reducirse, persiste. En el sur, las regiones con más paro: Extremadura (25,7%), Andalucía (25,2%), Canarias (24,3%) y Castilla-La Mancha (22,2%). El mapa por provincias señala que la gran mayoría han vuelto a los mismo niveles o registran una menor tasa de paro que a mediados de 2009. (eldiario.es)

Euskadi extiende a extranjeros sin permiso de residencia el derecho a la vivienda

Euskadi fue pionera en 2015 al reconocer por vez primera en España a quienes no superen un umbral económico el derecho a una vivienda o, en su defecto, a una prestación sustitutoria para acceder a alojamiento en el mercado libre [La Constitución sólo establece el acceso a una vivienda digna como principio rector, una cláusula vacía si no tiene desarrollo legal]. La Ley de Vivienda se ha venido aplicando transitoriamente desde entonces (en marzo había 750 familias atendidas y en julio se anunciaron 3.400 cartas a potenciales beneficiarios) pero es ahora cuando el Gobierno vasco tiene ya listo el decreto que desarrollará totalmente este derecho social. Como principal novedad, el borrador de ese reglamento, al que ha tenido acceso eldiarionorte.es, corrige un recorte y autoriza a que los extranjeros sin permiso de residencia puedan acceder al sistema de viviendas protegidas.

Y es que, desde 2008, los ciudadanos sin recursos o con nóminas o pensiones bajas, cumpliendo un empadronamiento mínimo (que no residencia), tienen derecho a una renta básica (RGI), que puede incluir como complemento un pago adicional de 250 euros para satisfacer las necesidades de vivienda (PCV). La nueva Ley de Vivienda, al crear el derecho de acceso y disfrute de una residencia y la prestación sustitutoria (PEV), recortaba ‘de facto’ derechos de extranjeros sin permiso de residencia en España, ya que éstos sí podían cobrar los complementos de la RGI pero no inscribirse en Etxebide, el servicio autonómico de Vivienda.

Tres años en el registro de demandantes de vivienda

La nueva regulación, firmada por el consejero socialista de Vivienda Iñaki Arriola, establece ahora que «las personas de nacionalidad extranjera, empadronadas en alguno de los municipios de la comunidad autónoma, podrán inscribirse igualmente en el registro de solicitantes de vivienda [de Etxebide] y ser titulares del derecho subjetivo de acceso o, en su caso, de la PEV correspondiente». Sus prerrogativas serán iguales, ni más ni menos, que las del resto de los vascos. Es decir, tendrán que acreditar una antigüedad de tres años en Etxebide, que es el mismo período de arraigo exigido para acceder a la RGI.

En cuanto a los umbrales económicos para lograr una vivienda protegida -que no es gratuita, ya que hay que abonar un alquiler social-, el decreto Arriola pretende otorgar un marco «estable» para el futuro. Se establecen unos niveles de renta «ponderada» (que no coincide con los ingresos reales). Por ejemplo, para una persona sola, esa renta ponderada tendrá que ser inferior a los 9.000 euros, para una unidad de convivencia de dos miembros el tope son 12.000 euros y para una familia de tres o más personas el máximo son 15.000 euros.

Lógicamente, se requiere «no disponer de vivienda ni alojamiento» para entrar al sistema público, si bien se añade el matiz de que quienes no dispongan de una casa «adecuada» puedan solicitar ayuda a la Administración. Varios ejemplos, tendrán derecho a una vivienda pública quienes residan en propiedades que no reúnan los mínimos de habitabilidad (siempre que «no admitan soluciones constructivas»), mayores de 70 años o discapacitados que residan en bloques «sin accesibilidad» o cuando la «superficie útil» por persona en una vivienda familiar sea inferior a «15 metros cuadrados».

El decreto recoge que las solicitudes de los posibles beneficiarios se resuelva de manera ordinaria en seis meses. Si la Administración no atiende la demanda en ese período, el Gobierno explica que la «novedosa consecuencia» es que se interpretará el silencio administrativo como una respuesta «positiva». El Ejecutivo recuerda, de hecho, que los vascos tienen derecho a reclamar sus prerrogativas en materia de vivienda ante los tribunales como si del derecho a la educación, a la salud o a la renta básica se tratase.

Lanbide pagará y controlará la prestación sustitutoria

Es voluntad del Gobierno que el derecho se satisfaga con la entrega de una vivienda. De hecho, ante una demanda que podría llegar a 18.000 personas en 2025, plantea que las promociones de diputaciones y ayuntamientos se pongan a disposición de la Administración autonómica para poder atender todas las solicitudes. Asimismo, se potenciarán programas de captación de viviendas vacías y de casas en alquiler del mercado libre mediante incentivos a los propietarios. Sólo si no hay posibilidad de entregar un alojamiento adecuado a las necesidades de una familia (por su tamaño o por su ubicación) se abonará la PEV, que de momento se mantiene en los 250 euros de la antigua PCV. Este dinero ha de destinarse exclusivamente a costear un alojamiento en el mercado libre. Vivienda, por cierto, ha decidido que sea el servicio de Empleo (Lanbide) el que tramite y controle estas prestaciones como hacía hasta ahora con los complementos de la RGI.

El derecho a la vivienda incluye también obligaciones. Además del pago del canon, hay que cuidar la residencia cedida y, desde luego, no destinarla a actividades económicas o a subarriendos. La Administración, asimismo, se reserva el derecho de modificar la casa asignada inicialmente. Puede ocurrir que una familia crezca y necesite más espacio. O, al revés, que tras una separación o ruptura de la convivencia sea exigido un traslado a un lugar más pequeño.

El derecho es a un alojamiento digno, no a un piso en particular. Ése es el mismo principio que inspiró otro de los puntos más importantes de la Ley de Vivienda de 2015, el de la expropiación forzosa a la banca de los pisos que había obtenido tras un desahucio. Siguiendo la estela de Andalucía, el Parlamento Vasco planteó también un modelo similar, aunque para evitar colisionar con el Tribunal Constitucional y su jurisprudencia sobre la titularidad privada, la normativa vasca matizó que sólo se plantearía desahuciar al desahuciador cuando la Administración no pudiera proveer a los afectados otra residencia digna y adecuada en los términos de la normativa.

¿Efecto-llamada mundial?

La Ley de Vivienda fue propuesta por el PSE-EE la pasada legislatura vasca desde la oposición y salió adelante con los votos de de los socialistas, de EH Bildu y de UPyD (38 de 75 en la Cámara). Contó con el ‘no’ del PP y con las reticencias del Gobierno del PNV, quien tuvo que iniciar la aplicación de la nueva normativa. El portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, llegó a alertar de un efecto-llamada «mundial» si se concedía el derecho social a una vivienda. En 2016, PNV y PSE-EE firmaron un Gobierno de coalición en Euskadi y los socialistas asumieron, entre otras, la cartera de Vivienda. El consejero Iñaki Arriola estimó que en 2025 18.000 vascos serán beneficiarios de la Ley de Vivienda. (eldiario.es)

Los valencianos tendrán derecho a morir en una habitación individual y con acompañamiento espiritual

Los ciudadanos de la Comunidad Valenciana tendrán derecho a morir sin dolor, en una habitación individual, tanto en un hospital público como en uno privado, y a recibir en sus últimos momentos un «acompañamiento espiritual» acorde a sus convicciones y creencias. Estas son algunas de las novedades que introduce el anteproyecto de ley sobre derechos y garantías de la dignidad de la persona en el proceso de atención final de la vida, que ha aprobado el pleno del Consell este viernes en Alicante. «No hablamos de eutanasia ni de suicidio, sino de avanzar en los cuidados paliativos con el objeto de proteger la dignidad de las personas hasta su muerte», ha explicado en rueda de prensa la consejera de Sanidad Universal y Salud Pública, Carmen Montón.

El Gobierno valenciano deberá ahora recabar los dictámenes del Consejo Jurídico Consultivo y el Comité Económico y Social antes de aprobar el proyecto y remitirlo a las Cortes para que lo refrenden. Esta norma, según Montón, ha nacido de la «reflexión» y la «participación directa» de la ciudadanía, ha contado con el asesoramiento de un grupo de sabios integrado, entre otros expertos, por la catedrática de Ética Adela Cortina y la socióloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) María Ángeles Durán, y con las aportaciones del Comité de Bioética de la Comunidad Valenciana.

La ley es similar a la aprobada por otras seis comunidades autónomas españolas entre 2010 y 2015: Andalucía, Aragón, Navarra, Canarias, Baleares y Galicia. Sus objetivos son preservar los derechos de las personas al final de su existencia, respetar su «dignidad y autonomía, la expresión de sus deseos y valores y su voluntad, dentro del marco legal», y velar por la calidad de su vida durante ese proceso. Cualquier ciudadano podrá plasmar sus deseos a través de un documento denominado Planificación Anticipada de Decisiones, que permite diseñar la atención sanitaria futura con los especialistas que le atienden habitualmente, un proceso de «comunicación y deliberación» para el que el interesado podrá designar a familiares u otros representantes y que quedará registrado en su historia clínica.

La norma garantiza la formación en cuidados paliativos de los profesionales sanitarios implicados en el proceso del final de la vida, así como el derecho a recibir ese trato en el propio domicilio cuando sea posible, o bien en una habitación individual en cualquier centro hospitalario, sea público o privado, para preservar «la intimidad y dignidad del paciente y sus familiares». Del mismo modo, la persona podrá tener a su lado permanentemente a quien quiera para afrontar la antesala de su muerte y recibir un «acompañamiento espiritual de acuerdo con sus convenciones y creencias».

Nadie podrá ser discriminado en la dispensación de cuidados paliativos por haber ordenado la interrupción de un tratamiento o haberse negado a recibir información médica. El anteproyecto de ley, de hecho, regula los deberes que recaen sobre el personal de instituciones, centros sanitarios y sociales, tanto públicos como privados, en esa asistencia postrera.

«Estamos integrando en un único texto los derechos de la ciudadanía y los deberes de las instituciones y profesionales implicados en este proceso», ha dicho Montón, además de proporcionar a ambas partes un marco de «garantía jurídica». Para la consejera, «la sociedad valenciana está suficientemente madura para pasar de la reflexión ética a la acción legislativa» y la mayoría de los ciudadanos comparte que ha de recibirse al final de la vida «el mismo mimo y trato exquisito» del que goza un recién nacido. «Hoy hemos dado un importante paso para que morir con dignidad y en paz sea un derecho, un nuevo derecho que no solo habla de la calidad asistencial sino también de la calidad democrática», ha añadido. (elpais.es)

 

 

El cólera en Yemen: 7.000 nuevos casos al día

El número diario de nuevos casos de cólera en Yemen ha ascendido a 7.000, según Robert Mardini, director del Comité Internacional de Cruz Roja para la región. 1.784 es la última cifra de muertos facilitada por la OMS. El número de enfermos: 338.969 en un país de 26 millones de habitantes.

La epidemia está fuera de control. La debilitada infraestructura sanitaria de un país en guerra, bombardeado desde hace tres años por Arabia Saudí y los Emiratos en su ofensiva contra las milicias huzíes, no puede hacer frente a la extensión de la enfermedad. El suministro de agua en amplias zonas del país está comprometido, pero la gente no puede dejar de beberla porque no tiene otra alternativa. Si enferman, no reciben el tratamiento necesario. “No hay salarios ni servicios” (en clínicas y hospitales, dice una persona citada por MSF. “Ni siquiera funcionan los hospitales públicos. No hay medicinas. Si tienes dinero, recibes tratamiento. Si no, mueres”.

La ONU tenía preparadas un millón de dosis de vacunas para su envío a Yemen. 500.000 habían llegado ya a Yibuti, pero su distribución en un país en guerra sin un Gobierno que pudiera hacerse responsable de su reparto y administración ha impedido que se muevan de allí. Al final, se ha decidido suspenderlo.

“La situación está evolucionando tan rápidamente que las vacunas no son una prioridad en estos momentos”, dice un portavoz de OMS. Quiere decir que la situación es tan grave que es ya demasiado tarde para centrar los esfuerzos en la prevención. “Los profesionales han decidido que los riesgos y problemas potenciales superan los beneficios de administrar la vacuna. Dado el número limitado de vacunas, administrarlas en unas zonas y en otras no (se ha extendido al 91% de las provincias yemeníes) crearía conflictos sobre quién las recibe y quién no”.

La única solución debería consistir en una intervención masiva sobre el terreno que es imposible a causa de la guerra. Es la guerra la que está matando a Yemen, esta vez no sólo con las bombas, sino también con el cólera, y nadie sabe cuándo terminará. Los intentos de llegar a un acuerdo político han fracasado.

El veredicto de Stephen O’Brien, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU no puede ser más claro: “Este escándalo del cólera es totalmente responsabilidad de las facciones enfrentadas y de aquellos que les apoyan fuera de Yemen, que están dirigiendo, alimentando y perpetuando el miedo y los combates”. (guerraeterna.com)

Henry David Thoreau: 200 años de un maestro de la desobediencia

Este miércoles se cumplen 200 años del nacimiento, el 12 de julio de 1817 en Concord (Massachusetts, Estados Unidos), de Henry David Thoreau. Es un aniversario con dimensión internacional, que está permitiendo encontrar en las librerías sus textos reeditados, más allá de la oportunidad de celebrar una cifra redonda. A Thoreau se le suele conocer, especialmente, por dos episodios de su vida: el que le llevó a vivir poco más de dos años en el bosque y el que le llevó a pasar una noche en prisión por no haber pagado impuestos durante 6 años por no compartir la guerra contra México que libraban los Estados Unidos o la práctica de la esclavitud en su país. La vida en el bosque y la desobediencia ante el Estado. Los dos episodios son de una gran trascendencia en su vida y en su obra. Las que seguramente son sus dos obras más conocidas surgieron de esos momentos de su vida: La desobediencia civil (1849) y Walden o la vida en los bosques (1854). Pero su vida y su obra están llenas de otras aportaciones. Convendría ir más allá de los hechos puntuales para llegar a la persona que ha sido maestro o referente para tantos en estos 200 años desde su nacimiento y cuyo legado hoy sigue vigente.
Además de ser conocido como filósofo, poeta y escritor, Henry David Thoreau ejerció la profesión de maestro. Enseñó en la escuela pública de Concord y, al parecer, dejó de hacerlo porque no quería infringir castigos físicos a los estudiantes. Se marchó de la escuela y creó otra con su hermano John para poder desarrollar el tipo de enseñanza que consideraba más adecuado, pero enfermedad y posterior muerte de su hermano de tuberculosis contribuyeron a acabar con el proyecto. Thoreau dejó entonces la escuela, pero siguió una trayectoria vital que le ha hecho permanecer como maestro de muchas personas y en diferentes ámbitos.

Martin Luther King Jr (1929-1968), con motivo del centenario de la muerte de Thoreau, (1817-1862) escribió: “Ninguna otra persona ha sido más elocuente y apasionada al transmitir esta idea [de la no cooperación con el mal moral] que Henry David Thoreau. Como resultado de sus escritos y de su testimonio personal, somos los herederos de un legado de protesta creativa. Huelga decir que las enseñanzas de Thoreau están vivas hoy; verdaderamente, están mucho más vivas hoy que nunca antes. Ya sea expresadas en una sentada en una cafetería, en un viaje por la libertad en Mississippi, una protesta pacífica en Albany, Georgia, un boicot de autobuses en Montgomery, Alabama, se trata de una extensión de la insistencia de Thoreau en que el mal debe ser resistido, y que ningún hombre moral puede pacientemente adaptarse a la injusticia”. King, en su intervención, recuerda diferentes acciones de resistencia y desobediencia hechas por el movimiento de los derechos civiles que tendrían una inspiración directa en la defensa de la desobediencia y la resistencia ante el estado defendida por Thoreau desde sus posiciones morales. La exclusión de la población negra les llevó a organizar sentadas en cafeterías y restaurantes que no admitían la población negra o organizar los llamados viajes de la libertad en compañías de autobuses de diferentes localidades del sur de Estados Unidos que impedían su utilización para las personas negras.

En una sociedad injusta, el lugar de las personas justas es la cárcel. Esta es una idea básica de Thoreau, que afirmaba: “Bajo un gobierno que encarcela a alguien injustamente, el lugar que debe ocupar un hombre justo es también la cárcel. Hoy, el lugar apropiado, el único lugar que Massachusetts ofrece a sus espíritus más libres y menos sumisos, son sus cárceles: se les encarcela y se les aparta del Estado por acción de éste, de la misma manera que ellos lo habían hecho ya por sus propios principios. Aquí es donde el esclavo negro fugitivo, el prisionero mexicano en libertad condicional y el indio que viene a interceder por los daños infligidos a su raza deberían encontrarlos: en este lugar separado, pero más libre y honorable, donde el Estado sitúa a los que no están con él, sino en su contra, donde el hombre libre puede permanecer con honor”.

A lo largo de su vida, Thoreau mantuvo diferentes posiciones sobre el tipo de resistencia o desobediencia a seguir. Se movía entre la no aceptación y la aceptación de la violencia. No quiso que causas que consideraba justas fueran cuestionadas y atacadas porque no habían encontrado otra manera de actuar. John Brown (1800-1859) promovió la resistencia armada y la insurgencia para acabar con la esclavitud. Brown fue sentenciado a muerte y ejecutado. Thoreau lo defendió públicamente.

Desde su concepción de la libertad, entendió que el ser humano no puede estar sometido a una organización estatal y gubernamental que actúa en contra de las necesidades de las personas, contra su naturaleza. Y ante estos ataques, ante estas agresiones, ante esta voluntad de sumisión, hay que responder. La ley debe ser cuestionada, decía: “La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que creo justo. Se ha dicho, y con razón, que una sociedad mercantil no tiene conciencia; pero una sociedad formada por hombres con conciencia es una sociedad con conciencia. La ley nunca hizo a los hombres más justos y, debido al respeto que les infunde, hasta los bien intencionados se convierten diariamente en agentes de la injusticia”.

Mohandas (Mahatma) Gandhi (1869-1948) explicó que fue después de la lectura de Thoreau cuando asoció la idea de la desobediencia civil a la movilización política que impulsaba. Gandhi la presentaba desde el concepto sánscrito de Satyagraha, que podríamos traducir como “la fuerza de la verdad”, la búsqueda de la verdad a través de la fuerza interior que conduce a actuar con conciencia. Y explicaba que no había encontrado ninguna buena traducción al inglés. Gandhi se reconoce como un lector que sacó mucho provecho de Thoreau. También King y muchas otras personas han leído y aprendido de Thoreau y su insistencia en la necesaria defensa de lo justo cuando la justicia actúa en contra de las personas como el esclavo negro, el indio que ha sufrido daños, el prisionero mexicano… En los textos y en la vida de Thoreau no encontraremos todas las respuestas, pero sí preguntas y planteamientos que hoy nos siguen ayudando a pensar en nuestro caminar por el bosque o la ciudad. //eldiariodelaeducacion.com